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Qué es y qué no es un microplástico

Si preguntamos a cualquier persona al azar qué es un microplástico es posible que responda que es algo que sólo puede verse con un microscopio. La respuesta es sí y no y quizás le sorprenda, porque en este neologismo la ciencia y el sentido común no van del todo de acuerdo. Comencemos con la definición. La palabra microplástico fue elegida por la Fundación del Español Urgente como palabra del año en 2018 para designar “los pequeños fragmentos de plástico que se han convertido en una de las principales amenazas para el medioambiente y la salud de los seres humanos”. El Diccionario de la lengua española (antes de la Real Academia Española) recoge la palabra de forma igualmente imprecisa: “1. m. Pieza de plástico extremadamente pequeña, manufacturada como tal o resultante de la fragmentación de plásticos más grandes, no soluble en agua y muy poco degradable”. A pesar de la vaguedad de la definición esta incluye dos elementos importantes como son la no solubilidad en agua y la distinción entre materiales manufacturados en pequeño tamaño y los producidos por fragmentación de objetos mayores; pero en lo que sigue me referiré únicamente al tamaño, que es la principal variable que define al microplástico.

Las observaciones del grupo de la Dra. Kara Lavender Law permitieron documentar de forma precisa la acumulación de pequeños restos de plástico en el giro del Atlántico Norte. Los resultados de 22 años (de 1986 a 2008) de estudios sobre muestras recogidas con redes de arrastre se publicaron en Science en 2010 y permitieron cuantificar el número de partículas y la masa de plástico flotante en una de sus principales zonas de acumulación. En este trabajo se utilizaron redes de arrastre de 335 micras por motivos prácticos, ya que redes de menor luz se colmatan muy rápidamente. Los datos publicados indican que un 12% de los plásticos eran mayores de 10 mm en su dimensión mayor. El término “microplástico” existía en el momento de publicarse este artículo (de hecho se utiliza tres veces) si bien aún no tenía una definición precisa.

La palabra “microplástico” fue acuñada por Richard Thompson y colaboradores en otro célebre (y breve) artículo aparecido en Science en 2004 como acrónimo de “MICROscopic PLASTIC”. Con este neologismo, los autores se referían a los pequeños fragmentos granulares o fibrosos de dimensión aproximada de unas 20 micras que estaban apareciendo en campañas de muestreo de playas y mares del Reino unido. Mucho menores, por tanto que los que estaban siendo detectados flotando en los océanos.

Las primeras definiciones precisas de microplástico provienen del Grupo de Expertos sobre Aspectos Científicos de la Protección Ambiental Marina (GESAMP: Joint Group of Experts on the Scientific Aspects of Marine Environmental Protection). En su Informe Número 90 del año 2015 identifica microplásticos con 'partículas en al rango de tamaño de 1 nm a < 5 mm'. El motivo para un límite superior de 5 mm, poco coherente con el uso del prefijo 'micro', se debe a la necesidad de asegurar la continuidad con los datos científicos recogidos hasta entonces, en su mayoría con redes de plancton de cientos de micras de luz. El hecho de que 5 mm se refiere a la 'dimensión mayor', que es un detalle no trivial, no se explicitó hasta 2019: en el Informe Número 99 “Guidelines or the monitoring and assessment of plastic litter and microplastics in the ocean”.

La imagen muestra varios fragmentos de plástico con dimensión mayor de algunos milímetros y un filamento que a pesar de su reducido diámetro, no encaja en la definición de microplástico debido a que su longitud es superior a 5 mm. El problema que plantean objetos con relación de aspecto elevada es complejo y se tratará en otra entrada. Como comparación, se muestra un cabello humano, cuyo grosor medio está alrededor de los 70-80 micras y los límites inferior y superior de la definición de microplásticos. Los plásticos iguales o mayores de 5 mm se denominan mesoplásticos (5-25 mm), macroplásticos (25 mm-1 m) o megaplásticos (> 1 m). Esta clasificación proviene del ya mencionado Informe Número 90 de GESAMP, 2015 y debe de entenderse referida a la dimensión mayor aunque en ese momento no se hubiese especificado. Los plásticos menores de 1 micra, aproximadamente el tamaño de una célula de la bacteria Escherichia coli se consideran actualmente nanoplásticos. La definición de nanoplástico merece un tratamiento más detallado.

Límites inferior (1 µm) y superior (5 mm) para la definición de microplástico en función de su tamaño, entendido como la dimensión mayor de un objeto tridimensional.

En el origen de la investigación sobre residuos plásticos no había una cota inferior para su tamaño. En el Informe Número 90 de GESAMP se indicaba que “los microplásticos llegan hasta escalas nanométricas”. Recientemente los comités RAC (Committee for Risk Assessment) y SEAC (Committee for Socio-Economic Analysis) de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) recomiendan un límite inferior de tamaño de 100 nm a efectos de implantar restricciones sobre microplásticos producidos intencionadamente (límite que no es menor por motivos prácticos a pesar de que se sabe que hay productos con aditivos plásticos de tamaño menor de 100 nm). Sin embargo, estos límites operan para la documentación exigida por las restricciones a fabricantes impuestas por el Reglamento REACH para las sustancias puestas en el mercado comunitario y son poco adecuados para estudios ambientales.

Los microplásticos secundarios son los producidos por degradación de plásticos mayores y no fabricados específicamente en ese tamaño. Para ellos y en general en la investigaciones sobre plásticos en el medio ambiente, se utiliza con frecuencia el límite inferior de 1 µm, por debajo del cual los microplásticos pasan a denominarse “nanoplásticos”. Ciertamente, la denominación tampoco coincide el uso del prefijo “nano” en nanopartículas sintéticas, que son aquellas con al menos una dimensión < 100 nm, pero se ajusta a las características y al comportamiento de estas pequeñas partículas plásticas en el medio ambiente. En el primero de sus dos artículos al respecto Julian Gigault y su equipo recomiendan utilizar el término nanoplástico para referirse a partículas producidas no intencionadamente (plásticos secundarios) con comportamiento coloidal y un rango de tamaño entre 1 nm y 1 µm. (De nuevo el límite inferior es relevante: 1 nm es el tamaño de una molécula de sacarosa y para ese tamaño, el concepto de partícula deja de tener sentido.) Precisamente entre las características propias de los nanoplásticos la más relevante es su capacidad para mantenerse en suspensión coloidal en agua y para estar sujetas a movimiento browniano en aire. La micra marca de forma aproximada la diferencia entre comportamiento coloidal/browniano y el de partículas que sedimentan o depositan por gravedad.

En definitiva, los microplásticos son partículas plásticas que abarcan una amplia variedad de tamaños. Entre 1 µm y < 5 mm, que son los tamaños de una bacteria y de una hormiga de jardín respectivamente, hay tanta diferencia como entre la hormiga y una ballena azul. Obviamente los límites de 1 µm y 5 mm son operativos y no marcan diferencias absolutas.


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Roberto Rosal | Catedrático de Ingeniería Química | Copyright © 2025